7.11.06


En este post me sinceré; me puse seria también. Me vestí de terno y corbata y me fui directo a las cartas al director que el Mercurio hubiese censurado. Ja! Qué dualidad Señor, qué dualidad!

Crítica 1

Navegando por la televisión, entre (citando a Timy Turner) "500 canales sin nada bueno que ver" me encontré anoche, a eso de las 21: 05 hrs.
Luego de observar los últimos detalles de la casi- mágica (pero no por eso menos interesante y buenísima) transformación
del simpático carpintero Ty y su equipo en People+Arts, y verme estancada y desesperada, por culpa del zapping, en el inicio de Montecristo (quien aprecia el trabajo de Jim Caviezel me entenderá), decidí saltar al Via X, y a la fe de encontrar algo un poco más interesante que lo propuesto a esas alturas de la noche en la programación chilena, de la mano de Cadena Nacional.


Intenté integrarme al tema que Franzani (como siempre) manoseaba tan afanado, en compañía de un amigo panelista, cuyo nombre desconozco, pero que en seguida reemplazé por "Jack" (el pelo rapado, la barba de varios días, me trajo alguna reminiscencia de la, por ahora, desaparecida Lost).
Converzaban acerca del uso del condón, en el contexto de la campaña contra el SIDA que pretende impulsar nuevamente el gobierno, y la vergonzosa negativa a ésta por parte de ciertos canales televisivos.
"Si UCV decide integrarse a la postura que tomó Canal 13, y Mega, de no transmitir los spots, serían tres canales de los seis existentes en televisón abierta, los que no transmitiría la campaña", aseguraba "Jack".
Más allá de ridículo, estúpido, patético, como primeras ideas que se vienen a la mente al escuchar algo así, me parece lamentable y completamente reprochable el hecho de que exista la posibilidad que el 50% de los canales de televisión pública estén resueltos a censurar una campaña propuesta por el Gobierno, cuyo fin es resguardar la salud de la población.

Qué terrible es saber que el tema del SIDA, como realidad y amenaza latente, no se tome en serio a nivel social general, y más aún, que se censure tajantemente, a nivel comunicacional y político.
Cuando Marcela Cubillos y Julio Dittborn (diputados UDI) se dedican a criticar la campaña del Ministerio de Salud, por encontrarla vulgar y exenta de valores, se olvidan de una de las pocas labores que el Gobierno parece estar cumpliendo, la de velar por la seguridad de toda la población, independiente de credos, ideologías y valores, y por sobre todo, más allá de la creencia en la pareja única y las ideas acerca de la abstinecia que cada uno pueda tener. Qué lástima que una de las pocas labores educativas que toma el Estado sea reprimida por sectores que olvidan que en esferas sociales completamente alejadas de las suyas, donde mucho se ignora, jóvenes y adultos mueren a causa del SIDA, o quizás, peor aún, viven en agonia diaria por su culpa.



5.11.06

Colaborations

"Me cargan los políticos chilenos. No, no los chilenos, todos en general. Hablan y se creen que son celebridades, como si fuesen la gran cosa, pero no son nada.
Siempre dicen 'este actor político', 'este escenario político' como si se estudiara para ser político.
Me carga que se sobrevalore la política, que se ponga en una esfera superior, cuando la política es todo; es la manera en que te dispones para hacer algo, desde lavarte los dientes en la mañana, hasta lo que quieres para tu país.
Me apesta que se intente alejar la política de lo cotidiano, como si sólo unos privilegiados pudieran pertenecer a ella, cuando la política es lo más social y popular que existe; nos compete a todos. No me extraña entonces que siempre se hagan proyectos y planes para unos pocos nada más."

Discurso encamado (fragmento), Dropanzer
Viernes, 3 de noviembre

3.11.06

Alabanza a la Creatividad nº3

Admito que esto de la creación pseudo-anónima, escondida tras la pantalla de un computador, comienza a tentarme.

Dando por abierta la sesión de hoy, salgo del preu con cara de lata.
12:00 hrs, botella de agua en mano, me dispongo a atravezar Providencia; las 10 cuadras que separan a Pedro de Valdivia y Bilbao, de Dublé Almeyda y Macul, mi apreciado destino luego de su par de horitas sagradas en lo que por este año ha sido mi "establecimiento educacional", o algo así.

Cruzo Bilbao y comienzo mi aparentemente-eterno camino.
A la altura de Diego de Almagro la frenada de una bicicleta falta de aceite me lleva hasta mi ex-planeta Plutón y de vuelta a la Tierra, sólo para ver como Andrés se aleja a la velocidad de la luz por su calle, camino a su casa; su "chao Pita" se queda revoloteando un instante en el aire, sólo para que me de una pica enorme el hecho de saber que en 5 minutos más estará sentado en el living de su casa, mientras yo aún en P.Lautaro Ferrer me detengo a leer las portadas de los diarios. En fin.

Sigo caminando, guiada por el inconfundible olor a chocolate de la Mozart, y la gente me mira extrañada, tanto por mi sagrada rutina de ir cambiando de vereda constantemente en mi recorrido, en mi desesperado intento por esconderme definitivamente del sol, o por mi apariencia, cercana ya a una especie de barbie de invierno: blanca y brillante, rogando porque lo poco y nada de bloqueador solar factor 60 que me queda cumpla cada una -y más- de las labores que se estimaban para una ya desgastada Capa de Ozono.

Nada me importa, sigo caminando, feliz; pronto noto que son más razones, aparte de la rareza de ver a una adolecente santiaguina con extremada conciencia solar, las cuales atraen esas miradas adultas. ¿Qué? ¿Nunca vieron a una persona cantando por la calle? Los invito a observar sicópatamente al niñito rapero que cada mañana intenta compartir su rima libre con el mundo, camino al colegio.
Pienso -quizás- no es el hecho de verme cantando -y no es que lo haga a todo pulmón- lo que resulte fuera de lo común, sino más bien el hecho de musicalizarme a la antigua: qué I-Pod ni que ocho cuartos (al muy estilo Chavo del 8) ¡Viva la creatividad musical propia!

Rescato de un viejo amigo, vuelo directo desde otra dimensión, eso de rehusarse a que la tecnología -muy útil para otros- se apodere a todo nivel de nuestras vidas.
He sido esclava de muchas cosas (¬¬), pero definitivamente me niego a caer en las garras de un aparatito musical, que valga más que su peso en oro, que me alegre los 35 minutos de batalla anti-quemaduras de ciudad que libro diariamente.

Me conformo con el deleite de las risas al observar a la chicas deportistas que utilizan la ciclovía como gimnacio (con toda la fe puesta en ello), o con el cariño y los langüetazos de las diferentes clases de poodles existentes, y las caras de odio de sus "antiguos" propietarios cada vez que me les acerco, o por último, con la idea de ir observando cada detalle de un mediodía común y corriente, para luego compartirlo con el ciberespacio, desde mi postura cuasi-incógnita.

2.11.06

Expresión poserística

A medida que se aleja el día "primero" voy comenzando a creer que el silencioso y sereno camino de esta ventanita empieza poco a poco a decaer. Declaro: abajo el anti-poserismo y arriba la libertades pindis, por muy anti-estéticas que sean. Que nunca otro pequeño posero sea discriminado por su deseo de compartirse con el mundo cibernético; ya sea mirando al horizonte o bien saltando en una tabla de "esqueiter", o bien la lolita con anteojos oscuros y cigarro en mano que se fotografía a medias. Que la rebelde sin causa pueda exponerse con su polera rasgada a propósito de una banda que asegura escuchar desde sus instancias en el vientre materno, o el artista desnudo que luce orgulloso su homosexualidad... basta el "achaque" innecesario de las mentes creativas, futuros espíritus artisticos... en su extraña manera.

1.11.06

1+1 son 11

Qué alegria comenzar algo en un día primero; llámese "cábala" o como se quiera, y sin ninguna intención religiosa, siempre me ha parecido que los inicios acompañados del numerito 1 augurian un exitoso recorrido: que esta vez no sea la excepción.

Me encanta la idea del "inicio" y me encanta este mes; no me encanta que el cumplir años se haya vuelto de una amenaza a una realidad concreta, acechando a la vuelta de la esquina, pero si me encanta este concepto de "libro en blanco" en que me encuentro, y me fascina ser capaz de tomar las riendas de este viaje: veremos pronto donde llegaremos. Que sea un puerto con palmeras y brisa tropical o un edificio moderno instalado en una facultad de lectores, me conformo.